Condiciones básicas para el parto natural
Condiciones básicas para el parto natural
Para que se pueda dar un parto que no tenga como premisa última que la mujer tiene que sufrir, deben darse una serie de condiciones básicas.
Para que se pueda dar un parto que no tenga como premisa última que la mujer tiene que sufrir, deben darse una serie de condiciones básicas. Estas son necesarias para cuidar la salud y estabilidad de tu bebé. Para que se presente un parto natural debes cumplir con:
Condiciones para un parto natural ideal
Respeto por la intimidad.
En este sentido, favorecer todo aquello que contribuya a generarla. Una habitación adecuada, luces tenues, personal especializado y amable, temperatura agradable, presencia de la persona o personas queridas.
Respeto por el reflejo de expulsión fetal.
Muchas veces los que atienden en el parto pretenden decidir cuándo la mujer tiene que pujar y cuándo no. El reflejo de expulsión fetal es esa necesidad imperiosa de empujar que en un momento dado tiene la mujer, y que no puede controlar.
Esto es mucho más sencillo de lo que parece y no necesita ni órdenes ni señales. Si este momento se respeta, el bebé nace al cabo de pocos instantes.
No abuso de la medicalización.
No utilizar medicamentos durante el parto, ya sea para provocar contracciones, como es el caso del goteo, que aumenta los dolores, ni tampoco anestesias cuando no son requeridas por la misma mujer.
Respetar el vínculo afectivo entre la madre y el bebé.
Esto se consigue no separando a ambos inmediatamente después del parto y favoreciendo la lactancia precoz, desde poco después del nacimiento.
Insomnio y cansancio durante el post parto
Cuando el bebé está en casa, tus momentos de descanso dependen de su sueño. Incluso, es común que no logres dormir cuando tengas la oportunidad de hacerlo. Por suerte, se trata de una etapa que lograrás superar siguiendo algunos sencillos consejos.
- Descansar no siempre implica dormir: si tu bebé está durmiendo y no tienes sueño, puedes aprovechar ese momento para hacer algo que te gratifique. Leer algo ameno, escuchar música o hacer ejercicios suaves puede resultar reparador. Prueba mantener una respiración lenta durante algunos minutos para reponer energía y relajarte.
- Buena alimentación: el cansancio suele crispar los nervios; por eso, ayúdate con una buena dieta y evita las comidas pesadas, las bebidas colas y el café. Prueba infusiones alternativas de tilo o valeriana. También ten presente que no es momento para obsesionarse con dietas para bajar de peso.
- Pasea a tu bebé: si tu pediatra lo permite, y no hace mucho frío o calor, puedes llevar a tu bebé de paseo en el cochecito por tu barrio. Cuando caminas te ejercitas y recuperas energía.
- Apoyo familiar: puedes aprovechar los fines de semana para lograr un descanso más profundo. Busca delegar los cuidados de tu bebé en tu marido o en los abuelos. Cambiar los pañales o dar el biberón puede ser de gran ayuda para revertir parte del agotamiento que acumulas en la semana. Además, es importante que la familia esté atenta para advertir cualquier signo de depresión post parto, típico de este período.